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martes, 16 de octubre de 2012

La Convalecencia




La palabra convalecencia proviene en su etimología del vocablo latino “convalescere”, cuyo significado es recuperar fuerzas. Se utiliza en Medicina para designar el período temporal que sobreviene en un paciente que ha sufrido una enfermedad viral o bacteriana, un accidente traumático, una cirugía, una intoxicación, una quemadura, etcétera, que se considera curado; durante el cual se recupera, y sus órganos y funciones van adoptando su correcto estado.

El período de la convalecencia termina con la recuperación total de la salud de la persona. Si durante el período de convalecencia se produce un rebrote de la enfermedad, o efectos colaterales (por ejemplo, una infección intrahospitalaria, contraída en el lugar donde se estaba produciendo su recuperación) ya no es convalecencia pues el individuo vuelve a estar enfermo, y será de nuevo convalecencia cuando se certifique su nueva curación.

El tiempo que dura la convalecencia es variable, dependiendo de la enfermedad contraída y de la respuesta del organismo del propio paciente, que puede contar con mayor o menor poder de recuperación, dependiendo de la edad, de las defensas orgánicas y de su estado general. Por ejemplo la convalecencia de una gripe puede tardar entre una semana y quince días si se trata de personas ancianas o inmunodeprimidas, hasta que el paciente recupere sus fuerzas y pueda realizar una vida normal.

Etapas de la convalecencia.

Son cuatro las etapas de la convalecencia las cuales nos ayudan a percibir a simple vista el estado del paciente rápidamente.

1. Fase de la lesión aguda: Clínicamente el paciente tiende a presentar pulso rápido (frecuentemente acompañado de un aumento del gasto cardiaco), se siente enfermo o incapaz, muchas veces desea dormir excesivamente, si tiene dolor requiere medicación, no desea que lo moleste nadie, suele evitar las luces intensas y, cuando encuentra una posición cómoda, desea persistir en ella inmóvil y sin que lo molesten.

En la cirugía limpia y electiva de la práctica civil, la intervención quirúrgica inicia la lesión. Si la técnica quirúrgica es meticulosa y eficaz la primera fase de la lesión se reduce al mínimo. Después de operaciones del tipo de colectomia, neumectomia, pancreatectomia o amputación mayor, esta primera fase de la lesión dura de dos a cinco días.


2. Fase de crisis: Probablemente esta sea la más espectacular de las fases dinámicas de la convalecencia después de producirse una lesión. Se caracteriza por recuperación del peristaltismo, expulsión de gases, aparición de apetito y deseo inmenso de apetito, diuresis, recuperación del interés por lo que rodea al paciente y deseo de ver visitantes, leer y volver a la vida.

Como todos los aspectos de la convalecencia, este acontecimiento clínico tiene varias causas y diversos efectos. La disminución del pulso, levantarse, sentarse y moverse el enfermo en la cama y un aumento de interés por lo que le rodea y por el alimento también dependen de la disminución del dolor de la incisión, lo cual ocurre aproximadamente del tercero al quinto día. El restablecimiento final de los volúmenes de líquido corporal hasta cifras normales, terminando la secreción de aldosterona, y la aparición de una diuresis libre resultan características. El aspecto clínico es inconfundible, con manifiesta memoria.


3. Fase Anabólica: La fase de lesión aguda ha permitido reunir la mayor parte de los datos metabólicos y endocrinos; la fase de anabólica positiva es la más importante en términos de rehabilitación social, psicológica, sexual y económica. Por este motivo en la literatura esta es la única fase considerada (convalecencia) y las dos fases precedentes solo constituyen fenómenos previos.

La fase anabólica de la convalecencia se caracteriza por aumento de fuerza, apetito, ingreso de alimento, absorción normal y aparición de un balance nitrogenado positivo prolongado que se conserva hasta que se han recuperado las pérdidas iniciales de nitrógeno.
La proporción calorías-nitrógeno de ingreso necesario en la fase anabólica de la convalecencia es de aproximadamente 150 calorías por gramo de nitrógeno.


4. Fase de aumento de grasa: Durante la etapa de recuperación del metabolismo nitrogenado hasta un balance nulo (indicando que la masa muscular se ha restablecido y que la retención nitrogenada se ha disminuido hasta el mínimo necesario para sustituir las perdidas por desgaste) el paciente sigue ganando peso y con un balance calórico positivo si no trabaja demasiado ahora gana exclusivamente grasa.

Si por cualquier motivo el paciente pasa a la fase de ganancia de grasa, pero no hace el ejercicio adecuado, puedo ganar demasiado peso o incluso volverse obeso por esta ganancia tardía de grasa después de un traumatismo.

Homeostasis



HOMEOST1

La palabra homeostasis se define como el proceso fisiológico coordinado que mantiene la mayoría de los estados permanentes del organismo. Estos procesos o respuestas homeostáticas son extremadamente complejos y envuelven el cerebro, el sistema nervioso, corazón, pulmones, riñones y bazo, los cuales trabajan de forma muy cooperativa para mantener la constancia del cuerpo. 

Esta respuesta del organismo se produce frente a los traumas, heridas y operaciones electivas lo que permite al cuerpo humano responder frente a las diversas situaciones de estrés con dramática resistencia, por ejemplo: después de una herida los mecanismos de coagulación son activados para evitar la pérdida de sangre, los líquidos sanguíneos son desviados del compartimiento extravascular para restaurar los volúmenes de sangre, el flujo sanguíneo es redistribuido para asegurar la perfusión vital de los órganos y los aparatos respiratorio y renal compensan sus funciones para mantener la neutralidad del equilibrio ácido-base y la tonicidad del flujo sanguíneo. Se crean en general respuestas defensivas que benefician al organismo y su recuperación.

El término homeostasis, etimológicamente, viene de “Homeo” que significa semejante o similar; y “Stasis” que significa posición. Se deduce que este término implica los mecanismos que previenen o bloquean el cambio. Pero su definición va más allá, ya que los mecanismos envueltos en el proceso distan de ser constantes o fijos, sino que son procesos dinámicos de autorregulación que mantienen o devuelven al medio interno la normalidad de que fue separado. Los Procesos Homeostáticos pueden definirse como aquellas reacciones fisiológicas que tienden a restaurar el medio interno a un estado de equilibrio o de reposo.

Factores que influyen en la homeostasis.

La homeostasis responde a cambios efectuados en:

El medio interno: el metabolismo produce múltiples sustancias, algunas de ellas de desecho que deben ser eliminadas. Para realizar esta función los organismos poseen sistemas de excreción. Por ejemplo en el ser humano el sistema urinario.

 El medio externo: La homeostasis proporciona a los seres vivos la independencia de su entorno mediante la captura y conservación de la energía procedente del exterior. La interacción con el exterior se realiza por sistemas que captan los estímulos externos como pueden ser los órganos de los sentidos en los animales superiores o sistemas para captar sustancias o nutrientes necesarios para el metabolismo como puede ser el aparato respiratorio o digestivo. En la homeostasis intervienen todos los sistemas y aparatos del organismo desde el sistema nervioso, sistema endocrino, aparato digestivo, aparato respiratorio, aparato cardiovascular, hasta el aparato reproductor.

Tipos de sistemas homeostáticos de control.

Sistemas de retroalimentación: Para que estos mecanismos biológicos de control homeostático puedan lograr su propósito, se necesita un sistema que determine en qué momento se inicia la perturbación homeostática y cuándo dicha alteración ha sido controlada. Esto es lo que conocemos como retroalimentación.

Los mecanismos de retroalimentación en el cuerpo poseen diversas funciones vitales, tales como: 1) el control nervioso, hormonal y enzimático; 2) actuar, en ocasiones, directamente sobre el mecanismo estimulante central y 3) trabajar con muchos componentes en una cadena ampliamente eslabonada.´

 Existen dos tipos de retroalimentación, uno negativo y otro positivo.

Retroalimentación Negativa: representa el medio más importante de regulación utilizado por el cuerpo (de los sistemas de control) para mantener la homeostasia,  En un sistema de retroalimentación negativa, la respuesta es negativa con relación al estímulo inicial. Su función es cambiar el medio ambiente celular hacia una condición opuesta (negativa) que es producida por el estrés. Consecuentemente, el fin definitivo de este sistema es restaurar la variable regulada hacia lo normal después de su desplazamiento inicial, de manera que se restablezca la homeostasia. Este mecanismo se activa cuando algún factor/variable alcanza concentraciones excesivas o demasiado bajas. Se dice que es negativo porque la respuesta del sistema de control es negativa (opuesta) al estímulo, se "contraequilibra" o "niega" el cambio o estímulo inicial.

Retroalimentación Positiva: es aquella evidente cuando una perturbación inicial en un sistema desencadena una serie de eventos que aumentan aún más el trastorno homeostático. Bajo estas condiciones la "salida" (o estímulo inicial) intensifica la "entrada" (o el resultado). Consecuentemente, se crea inestabilidad y, muchas veces, la muerte. Además, pueden manifestarse círculos viciosos, es decir se repite el ciclo nuevamente una y otra vez hasta la muerte. En un escenario de no mucha gravedad esta inestabilidad solo puede ser controlada mediante los mecanismos/sistemas de control homeostático de retroalimentación negativa del cuerpo, lo cual previene o pone un alto a dicho círculo vicioso.

Observación General de un Paciente



Aspectos a tomar en cuenta en la observación
La observación en semiología se refiere al análisis del paciente por medio del sentido de la vista. En esta hay que captar todos los detalles revelables a los sentidos. Además de ser el primer paso que se debe dar al momento de la consulta, esta nos dará una idea de la severidad de la enfermedad del paciente. Debe efectuarse con una luz adecuada e inicia en el momento que el paciente ingresa al consultorio médico.

Físicos:
En cuanto a los aspectos físicos a tomar en cuenta en la observación general del paciente, hay que detallar si la enfermedad es aguda o crónica, tomando en cuenta que es crónica si presenta un largo periodo de desarrollo y aguda si se presenta de improviso. Aparte de eso se observa si el crecimiento y desarrollo del paciente es el adecuado para su edad, la postura que toma, la posición en la que se encuentra, el estado nutricional, la higiene, el tipo de vestimenta y la coloración de la piel.

Psicológicos:
Desde el punto de vista psicológico hay que observar en el paciente si este se encuntra ubicado en espacio y tiempo, que tipo de actitud presenta (cooperadora, alegre, indiferente, triste, Etc.), y el lenguaje.

lunes, 15 de octubre de 2012

Conceptos Generales de Semiología





Propedéuticadel griego (pró), que significa ‘antes’ y  (paideutikós), referido a la enseñanza es el conjunto de saberes y disciplinas que hace falta conocer para preparar el estudio de una materia, ciencia o disciplina. Constituye una etapa previa a la metodología.

En medicina veterinaria y humana, la propedéutica es el conjunto ordenado de métodos y procedimientos de los que se vale el clínico para observar los signos. Enseña a inspeccionar, reconocer y clasificar los signos relevantes de los irrelevantes antes de formular un juicio clínico o un diagnóstico.



Semiología: Es el capitulo de la patología general que se ocupa del estudio de los síntomas y signos de las enfermedades y sus consecuencias. 


Signos: Son manifestaciones objetivas físicas o químicas, que se reconocen al examinar al enfermo.

Rash of rubella on skin of child's back.JPG 

Síntomas: Son los trastornos subjetivos (molestia, dolor, etc.) que el paciente experimenta y el médico no suele percibir o le es difícil comprobar. 


Síndrome: es la serie de signos y síntomas que existen en un momento dado y definen un estado morboso.

  

Diagnóstico: Consiste en la identificación de una enfermedad fundándose en los signos y síntomas de esta.